jueves, 24 de septiembre de 2009

Palabras

¿Qué son verdaderamente? Silabas que tienen casi el mismo sentido que un gesto*.
Letras, garabatos, signos que pueden alentarte, creer, imaginar, aceptar pero que también tienen el poder para destruirte, arruinarte, matarte por dentro.
Entonces... ¿Por qué la gente se empeña en decirlas con tanta determinación? ¿Para que ilusionar a una persona, prometerle, proponerle, invitarle a creer en ellas?

¿Para que decir “te amo” con euforia, con creces? Si después todo cambia, todo se transforma, y esas dos simples silabas quedan olvidadas en el tiempo… Si, el tiempo pasa, la gente cambia, las cosas evolucionan, pero esas palabras quedan estancadas en el corazón, en el maldito inconciente, ¿y como hace uno para volver a creer? ¿Para pretender que hay alguien ahí fuera que siente verdaderamente esas dos palabras? ¿Qué cuando las dice, lo dice en serio, que no esta jugando? ¿Realmente se puede volver a creer? ¿A perdonar? ¿A no tener miedo? ¿A no sentirse cauteloso? ¿A vivir ese sentimiento a pleno?
Tal vez si, Tal vez no. Siempre esta, ese miedo, ese ser precavido, ese no meterse con las mismas ganas de antes. O tal vez si, y volver a ser herido, pisoteado, maltratado. O sentir por primera vez que ese sentimiento es verdaderamente correspondido…


*Gestos.
Dicen que un gesto vale más que mil palabras, y tal vez es cierto. Ese demostrar sin preocupaciones los sentimientos, sin medir lo que uno da, ingenuamente el estar enamorado te hace débil, te quiebra, te moldea, te manipula, te consume, el dar todo por la otra persona, el no tener limites en demostrar…

Puede que esa persona de todo, como puede que no. Puede salir bien parado, como puede que no. Puede sentir el amor, como puede que juegue con él. Puede herir como puede que le hieran. Puede perdonar, como puede que nunca lo haga. Puede olvidar, como puede pretender olvidarlo. Solo queda creer, en esa persona, en ese sentimiento, en esas palabras otra vez…


(L.T.)

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